La auditoría de cuentas anuales voluntarias son aquéllas que realiza una empresa sin tener una obligación legal para ello.
Por lo general, la auditoría voluntaria se lleva a cabo como consecuencia de una obligación contractual con terceros o es acordada por los órganos de una sociedad.
Este tipo de auditoría, aunque no esté obligada por ley, se rige por los mismos criterios que las auditorías obligatorias. Por tanto, el auditor aplica en ellas todos los procedimientos de control interno contable y extracontable de la empresa, que se reflejará en un informe del auditor sobre esos aspectos que deban ser mejorados en la compañía.
Realizar una auditoría de cuentas voluntarias da mayor fiabilidad sobre la información contable de la compañía, mejora las relaciones entre los socios, aumenta las opciones de financiación frente a terceros o permite comprobar los sistemas de control interno de una empresa, entre otros beneficios.
Hay muchas razones para encargar una auditoría voluntaria, como las empresas de reciente creación que quieren conocer una opinión experta sobre su situación financiera o las compañías que no se fían de su equipo gestor.