Mila Pedraza, Social Consultoría – Kreston Iberaudit
La contabilidad analítica registra hechos que afectan a la empresa internamente, por lo que precisa del estricto conocimiento de las unidades producidas, gastos por departamentos, consumos de materias primas.
No está sujeta ni en el fondo ni en la forma a ninguna regulación (mercantil, formal, en plazos determinados) sino que viene desarrollada internamente en la propia empresa para atender las necesidades de información crítica relacionadas con las variables clave que determinan el buen funcionamiento del negocio.
Los reportes de información analítica son periódicos de acuerdo con las necesidades que en cada momento tiene la empresa. La información generada se dirige y se orienta dentro de la empresa a Directivos y responsables de cada uno de los departamentos, secciones, líneas de producto o servicio para tomar las acciones de mejora o de continuidad respecto a las desviaciones que se produzcan en las variables claves de su desempeño en base a criterios de eficiencia y rentabilidad.
Cada empresa actúa con plena libertad para establecer aquel sistema que mejor se adapte a sus necesidades y represente con mayor rigor la realidad de sus procesos generadores de utilidad y valor añadido.
La contabilidad analítica precisa de una vinculación con la Contabilidad Financiera pues es la fuente esencial de la que se nutre para la obtención de datos económicos. A nivel de soporte de información se utiliza un sistema de departamentos y proyectos o destinos analíticos de coste o ingreso que servirá de sistema de imputación o reparto del gasto contable lo más preciso y fiel posible a la realidad de la empresa para aquellos costes directos.
Permite conceptualizar el margen, como la diferencia entre los ingresos y los costes de producción directamente vinculados a la obtención y venta de un producto. Por su naturaleza, hay dos tipos de margen: industrial y comercial. El industrial hace referencia a la comparación de los ingresos por ventas y los costes industriales de los productos, mientras que el comercial se calcula por la diferencia entre el margen industrial y los costes comerciales de dichos productos.
En definitiva, se trata de la herramienta de gestión interna más potente que una empresa puede tener, puesto que definiendo previamente los centros de coste de la empresa podemos llegar a conocer la verdadera rentabilidad obtenida en cada uno de ellos combinando de manera adecuada y precisa información relativa costes directos e indirectos de la organización.